Una de las cosas más estresantes, por las que puede pasar un ser humano, es el fallecimiento de un familiar o un ser querido; sin embargo, cuando esta muerte/pérdida es el resultado de un suicidio, suele ser aún más complejo y causar un dolor profundo y prolongado que será diferente y único para cada persona que lo atraviesa.
Es importante mencionar, que, la mayoría de las personas que tienen una idea suicida, o que se suicidan, no tienen la intención morir, parece una falacia, pero no lo es, lo que buscan desesperadamente es terminar con el problema que los aqueja sin embargo sin embargo no alcanzan a ver las alternativas, conversar con la familia abiertamente acerca de este tema, parecería un proceso muy difícil y complejo.
La reacción física y emocional que ocurre después del fallecimiento de un ser querido se conoce como duelo. Este proceso se suele caracterizar por cuestionarnos aspectos relacionados con la persona fallecida y por la búsqueda de una explicación. Todas estas reacciones emocionales no son más que reacciones normales que expresan nuestro sufrimiento.
Cada persona lo vive a su manera, y no hay una forma correcta o ideal para saber ¿cómo atravesarlo?, la relación con la persona fallecida, la forma en que se produjo la muerte, las experiencias pasadas, el carácter, el entorno, la existencia o no de apoyo familiar o social son algunos de los factores que influyen en la forma para atravesar el duelo.
Existen tres etapas que solemos atravesar las personas, cuando perdemos un ser querido:
- Primera etapa: Es frecuente sentir rabia, confusión, angustia o aturdimiento, creer que lo que está pasando no es real y negar sentimientos. También puede aparecer la distancia emocional para protegerse o incluso sentir alivio.
- Segunda etapa: Podemos sentirnos solas, tristes y deprimidos. También son frecuentes emociones como: desesperación, agresividad, culpa y sentir que la vida ha perdido su significado, es probable presentar problemas para comer y/o dormir.
- Tercera etapa: Para este momento podemos sentir una aceptación gradual de la pérdida, nos sentimos mejor, cada vez piensas menos en lo ocurrido y los sentimientos son menos intensos. Poco a poco nos incorporamos en nuevas tareas y establecemos nuevas relaciones.
Para lograr una comunicación abierta sobre el duelo por suicidio con los miembros de la familia, es recomendable contemplar algunos de los siguientes puntos:
- Tener una escucha atenta, platicar del tema de la manera más suave y delicada, permitirá recopilar información sobre los sentimientos y sensaciones por los que cada uno atraviesa, buscando con esto, una posible solución para superar juntos estas etapas del duelo.
- Es recomendable recibir postvención, de preferencia con un profesional, quien se asegurará de estar bien informado sobre las causas y señales de advertencia, conociendo los hechos puedan ayudar para abordar el tema con sensibilidad y precisión, debe estar seguro de estar en un estado emocional estable antes de iniciar la conversación.
- Elegir un lugar adecuado, en medida de lo posible buscar un entorno tranquilo y privado donde todos se sientan seguros y cómodos para hablar, es igual de importante escoger un momento en el que no haya distracciones y todos puedan participar plenamente en la conversación.
- Ser claro y directo, pero también sensible, evitará eufemismos que puedan confundir.
- Dar espacio a cada miembro de la familia, para que exprese sus sentimientos y pensamientos sin interrupciones dará la suficiente confianza para poder externar todo lo que se deba y se quiera, mostrando empatía y comprensión.
- No centres la atención en los detalles del acto suicida, centra la conversación en los sentimientos: ¿cómo se sienten los miembros de la familia y cómo pueden apoyarse mutuamente?
- Sugiere solicitar el apoyo de un profesional, o consejero especializado puede ser muy beneficioso para todos contar con la orientación de un experto.
- Infórmate y comparte información sobre líneas de ayuda, grupos de apoyo y recursos locales para la prevención del suicidio.
- Dejar en claro que la familia es un lugar seguro, donde se pueden seguir hablando de estos temas en el futuro si alguien lo necesita. Entre todos los miembros, se puede desarrollar un plan de acción que incluya pasos concretos para buscar ayuda en caso de que se presente alguna situación de riesgo.
- Monitorear el bienestar emocional de la familia, es importante que todas y todos estén atentas y atentos a cualquier cambio en el comportamiento o estado emocional de los miembros de la familia, fomenta actividades que promuevan el bienestar emocional y la resiliencia, como ejercicio, meditación, hobbies y tiempo en la naturaleza.
Hablar sobre el suicidio en la familia puede ser un proceso doloroso pero necesario para la sanación y el apoyo mutuo. Si la conversación se maneja con cuidado, respeto y empatía, puede fortalecer los lazos familiares y brindar un alivio emocional significativo.
Durante el período de 2004-2026 conmemoramos el día mundial de la prevención del suicido bajo el lema: "Cambiar la narrativa", la cual nos invita a fomentar más espacios de comunicación para derribar barreras, como el estigma, crear conciencia y crear una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio.