SAK Fundación

Humanizando la salud mental

El estudio del efecto de las pérdidas, el trauma complejo, la muerte y el suicidio, considero que son algunos de los actos más confrontativos y cargados a nivel emocional.

Para comenzar quisiera compartir parte de mi realidad antes de ingresar al diplomado en Introducción a la Suicidología de SAK Fundación: siendo psicóloga clínica, trabajando en un hospital privado atendiendo a colaboradores, dentro de los cuales la mayoría son profesionales de la salud y pacientes de grupos vulnerables, me encuentro mayormente expuesta a casos donde el riesgo suicida tiene una alta incidencia y que, desafortunadamente va en aumento. Parte de esta realidad fue la que nos motivó como equipo, a ingresar al diplomado.

Los docentes nos han mencionado que el objetivo del primer módulo, es sensibilizarnos en temas que rodean al acto suicida. Me encuentro convencida que la primera misión del diplomado ha sido cumplida, ya que la facilitación de información desde varias perspectivas, la filosófica, la cultural y las políticas públicas, nos acercan más a conocer el constructo desde su origen y desarrollo, para llegar a identificar su presencia a nivel contemporáneo en México.

Me ha llamado mucho la atención que la gran mayoría de los elementos del contenido del diplomado en Introducción a la Suicidología de SAK Fundación, invitan a la reflexión. Para mí, la parte más enriquecedora hasta el momento, ha sido el escuchar los testimonios de los sobrevivientes, el empezar a ponerle nombre y apellido a las personas que se suicidan, o intentan hacerlo, es el primer paso para sensibilizar la mirada y entrenarla para poder dar lo mejor durante el abordaje.

Una de las conclusiones principales que encuentro con el acto de humanizar la salud mental, es que cualquier intento por acompañar el riesgo suicida tiene que venir desde la compasión, la empatía, la ética y el profesionalismo. Si bien, estudiar la carrera de psicología te dota de herramientas para el estudio de la mente, el hacerlo con humanidad le da sentido.

Otra de mis conclusiones es que al hacer contacto con el problema de salud pública que implica el acto suicida, es evidente que en el camino de la prevención tenemos una amplia oportunidad de acompañar a cambiar realidades desde todas las trincheras, incluyendo aquellas que se encargan de tipificar adecuadamente el suicidio en nuestro país, para evitar fugas y huecos en la información.

Hoy más que nunca, me siento comprometida y dispuesta a intervenir con estrategias con alto nivel de evidencia que nos acerquen a la prevención del suicidio. Sin embargo, el cambio más necesario no es lo que hacemos como psicólogos, sino, lo que hacemos a nivel social, compartir el conocimiento, escuchar sin juzgar y acompañar el sufrimiento sin tabú para promover la esperanza.

Concluyo que el diplomado en Introducción a la Suicidología de SAK Fundación, hasta el momento me ha ayudado a transformar el abordaje más allá de la confrontación y el desafío, sino como un acto más de humanidad en el que mejoro mis estrategias para sembrar en lo posible la esperanza en aquellos que sufren, y a la vez me cuido a mi misma de caer en el sesgo y la supererogación.